En la tarde del lunes 19 de mayo, en el coto social de La Pesquera (Cuenca), el joven Jorge Monleón Soria, de 35 años, protagonizó un lance que difícilmente podrá olvidar. Lo que en principio parecía una tranquila espera para controlar los daños que algunos corzos estaban provocando en una viña familiar, acabó convirtiéndose en una jornada inolvidable con un corzo peluca como protagonista. Este tipo de animales, extremadamente raros, presentan una cuerna anómala que crece sin detenerse, acumulando borra hasta generar formas tan descomunales como desconcertantes.

La historia comenzó de forma casual, cuando Jorge decidió salir al campo tras detectar la presencia de corzas y algún macho joven en los viñedos de su suegro, Fermín. Lo hizo acompañado de un rifle prestado por su hermano, un moderno .308 Winchester que este le insistió en probar. Sin saberlo, estaba a punto de toparse con uno de los ejemplares más insólitos que puede ofrecer la fauna ibérica.

«Nos bajamos del coche, nos asomamos a las tierras que son de la familia, que habrá allí como unas dos hectáreas de una viña emparrada y dije, ¡ahí va!, pero si hay un corzo ya comiendo en la viña», rememora Jorge. «Cojí los prismáticos y dije, pero si algo le pasa a ese animal. Eso no es normal lo que tiene en la cabeza. Entonces empecé a mirarlo y, claro, yo no sabía lo que era eso».

Un disparo certero a 80 metros

Tras observar al animal durante unos instantes, Jorge tomó la decisión. «Entonces lo disparé a unos 80 metros y cayó», cuenta. Aún sin comprender la magnitud de lo sucedido, se apresuró a llamar a su amigo Alfredo Pérez Cárcel, taxidermista de Utiel y propietario de Taxidermia Alfredo y Caza&Recechos Alfredo. Su reacción lo dejó perplejo.

«Llamé a mi amigo Alfredo, taxidermista de Utiel, y le dije: Mira, he cazado esto. Y me dijo que era un super trofeo, porque hasta ese momento no era consciente de lo que había cazado», reconoce.

Jorge y el corzo peluca. © J. M. S.

El aspecto del corzo es tan extremo que recuerda al abatido por Luis Paniagua en Guadalajara en 2020, cuya cuerna también parecía duplicar la cabeza del animal. Este tipo de formaciones tan exageradas hacen que muchos los describan como si tuvieran «dos cabezas», una percepción que impacta a quien los contempla.

¿Qué es un corzo peluca?

© J. M. S.

Los llamados ‘corzos peluca’ son ejemplares en los que, debido a alteraciones hormonales, la cuerna no se limpia nunca de borra. Esta borra, ese tejido aterciopelado que recubre las cuernas en crecimiento y que desaparece cada primavera, no deja de desarrollarse, dando lugar a una acumulación desordenada y desmesurada.

Estas deformaciones pueden deberse a problemas testiculares, lesiones o malformaciones congénitas. El resultado es una cornamenta blanda, a menudo asimétrica y en ocasiones con volumen tan grotesco que parece de otro mundo. Para los cazadores, encontrarse con uno de estos ejemplares supone un hito tan singular como inesperado.

En el caso de Jorge Monleón, este corzo no solo ha supuesto una pieza única por su trofeo, sino también una historia que, sin duda, quedará para siempre en su memoria y la de quienes la escuchen.

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