Un nuevo episodio de furtivismo vuelve a poner en el punto de mira la provincia de Soria. Esta vez, el escenario ha sido el monte de la localidad de Layna, donde la Guardia Civil ha sorprendido a un vecino de Tudela (Navarra) mientras furtiveaba liebres. Lejos de colaborar, el investigado emprendió la huida a gran velocidad, dejando atrás a dos galgos que lo acompañaban. Una actitud que le ha valido no solo la apertura de diligencias penales, sino también el reproche público por abandonar a sus propios animales.
Los hechos ocurrieron el pasado 2 de junio, cuando el Centro Operativo de Servicios (COS) de la Guardia Civil de Soria recibió un aviso. Según la alerta, un vehículo oscuro circulaba por el monte de Layna seguido de dos galgos corriendo tras él. Esta escena, muy habitual en prácticas furtivas de liebres, movilizó a una patrulla del Seprona para comprobar si se estaban cometiendo infracciones.
Los agentes se dirigieron al lugar y consiguieron localizar el coche sospechoso. Fue entonces cuando el conductor, al percatarse de la presencia policial, optó por escapar a gran velocidad, dejando abandonados a los dos galgos que lo acompañaban. La huida terminó en la carretera CL-101, dentro del término municipal de Almazán, donde fue interceptado por una patrulla.
Corriendo liebres fuera de temporada y sin autorización
El varón estaba presuntamente tratando de correr liebres, una especie cuya veda se encuentra cerrada en esta época del año. La temporada legal de caza en Castilla y León se limita desde el 12 de octubre hasta el cuarto domingo de enero del siguiente año. Al estar en junio, la actividad cinegética estaba totalmente prohibida.
Además, los hechos se produjeron en un terreno privado sometido a régimen cinegético especial, sin contar con el permiso del titular. Esto constituye un delito contra la flora y la fauna, castigado con penas de multa de cuatro a ocho meses y la posible inhabilitación para cazar de uno a tres años.
Abandono de animales
A esta infracción se le suma un segundo posible delito: el abandono de los dos galgos. De acuerdo con la ley, abandonar animales en condiciones en las que pueda peligrar su vida o integridad constituye un delito contra los derechos de los animales, penado con multas de uno a seis meses o trabajos comunitarios, además de la inhabilitación para tener animales o trabajar con ellos.
Según la información facilitada por la Subdelegación del Gobierno en Soria, se han incoado también procedimientos por varias infracciones administrativas a la Ley de Caza de Castilla y León: cazar en periodo no hábil, sin licencia, sin autorización del titular del terreno e incumpliendo las condiciones de las modalidades.
Multas y sanciones accesorias
Estas infracciones podrían derivar en sanciones económicas que oscilan entre los 200 y los 10.000 euros, según la gravedad de cada una, además de la retirada de la licencia de caza y la inhabilitación para obtenerla durante hasta tres años. Las diligencias ya han sido remitidas a la autoridad judicial competente, que deberá determinar la responsabilidad del investigado.
Este nuevo caso pone de manifiesto que el furtivismo sigue siendo una lacra en muchos entornos rurales. Además del daño ecológico que supone, con frecuencia arrastra consigo el maltrato animal, como en este caso, donde los galgos fueron utilizados como herramientas y luego abandonados a su suerte.