En plena vigilancia contra el furtivismo, agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil protagonizaron una intervención clave en Los Pozuelos de Calatrava, Ciudad Real. La operación, que tuvo lugar a finales de marzo, destapó una actividad ilegal con tintes surrealistas: los presuntos autores, al verse interceptados, intentaron deshacerse de las pruebas lanzando por la ventanilla la cabeza de un corzo y un silenciador.

La escena tuvo lugar durante un control rutinario llevado a cabo por la patrulla del Seprona de Piedrabuena. Los agentes, que ya seguían de cerca posibles movimientos sospechosos, dieron el alto a un vehículo en cuyo interior viajaban tres personas. En su interior hallaron un arsenal que incluía un arma larga, visores nocturnos y térmicos, cartuchería y casquillos percutidos. Pero lo más llamativo fue lo que intentaron ocultar de la forma más burda: la cabeza del animal abatido y un accesorio ilegal.

El silenciador lanzado por la ventanilla. © Guardia Civil

Un corzo abatido en plena veda

La cabeza del corzo encontrada junto al silenciador resultó ser una prueba clave. El animal había sido abatido sin autorización y durante la época de veda, lo que agrava la infracción al tratarse de un periodo crucial para la especie.

La actuación no solo se limitó a la investigación penal. Además del presunto delito contra la fauna y la flora, el Seprona tramitó denuncias administrativas por el uso de elementos prohibidos como el silenciador y por abatir un animal en periodo de veda. Todo el material intervenido ha sido puesto a disposición judicial junto con las diligencias instruidas.

Compromiso frente al furtivismo

La Guardia Civil ha aprovechado esta operación para recordar la importancia de preservar los recursos naturales y ha reiterado su compromiso con la lucha contra el furtivismo.

Este tipo de intervenciones buscan disuadir prácticas que no solo son ilegales, sino que ponen en peligro el equilibrio ecológico y el patrimonio natural de todos.

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