Tras recorrer más de mil kilómetros desde que fue soltado en libertad cerca de Sevilla, un ejemplar de lince ibérico ha sido detectado en el oeste de Cataluña. Se trata de un hallazgo que sorprende incluso a los expertos en conservación, tanto por la distancia recorrida como por el momento en el que se produce, en plena expansión de la especie hacia nuevos territorios.

Este felino, conocido como ‘Secreto’, nació hace cuatro años en el centro de cría de Silves, en Portugal, y fue liberado posteriormente en una finca de reintroducción en Andalucía. Esta zona es estratégica para conectar los núcleos poblacionales de Doñana, Sierra Morena y el valle del Matachel, en Extremadura. Aunque su misión era contribuir a la genética del sur peninsular, el animal ha decidido explorar otros caminos.

Un viaje extraordinario

El lince localizado en Cataluña.

El rastro de ‘Secreto’ se perdió hace tiempo: su collar transmisor no ha emitido señal durante meses. Sin embargo, cámaras de fototrampeo de la Generalitat lo identificaron recientemente en una zona del Prepirineo catalán, cuya localización exacta se mantiene en secreto por motivos de seguridad. El área donde fue detectado no es la más idónea para un lince ibérico, aunque está próxima a territorios con abundancia de alimento.

Las autoridades catalanas han intensificado el seguimiento para tratar de localizarlo de nuevo, aunque reconocen que es posible que haya cruzado ya a Aragón o a otra comunidad. Esta incertidumbre refleja lo escurridizo y solitario que puede llegar a ser este depredador, acostumbrado a vivir y desplazarse de manera discreta.

Exploradores en expansión

La historia de ‘Secreto’ no es del todo insólita. Según expertos en conservación, la dispersión de jóvenes linces es un fenómeno habitual. «Normalmente son adultos jóvenes que no encuentran su lugar en el territorio en el que han nacido o han sido liberados y se mueven hasta la zona en la que consideran que pueden permanecer», explican fuentes cercanas a los programas de reintroducción según ha recogido El Periódico.

Lince ibérico. © Shutterstock

Este tipo de desplazamientos son considerados como movimientos naturales y, de hecho, se espera que con el crecimiento de las poblaciones en Castilla-La Mancha y Castilla y León, cada vez más linces lleguen a zonas del este de España, como Aragón o Catalunya. La clave para que estas incursiones prosperen está en que exista una buena densidad de conejos y un hábitat apropiado.

¿Un nuevo núcleo en el noreste?

En 2018, otro ejemplar llamado ‘Litio’ ya fue detectado en el Baix Llobregat. En aquella ocasión se organizó una captura para devolverlo al sur, debido a que la Generalitat no contemplaba aún planes de reintroducción. Hoy el escenario es distinto: el Departament de Territori i Habitatge sí se plantea esa posibilidad, siempre que exista consenso con el sector agrario.

«La Generalitat se comprometió a no reintroducir linces sin el apoyo de los agricultores», recordaron fuentes cercanas al proceso. El reciente acuerdo con la plataforma Revolta Pagesa ha frenado temporalmente estas aspiraciones, pero la llegada espontánea de ‘Secreto’ podría cambiar el rumbo.

Este segundo caso de un lince en Cataluña podría actuar como detonante para retomar el diálogo. Si el animal logra asentarse, se abriría la puerta a una futura población estable en el noreste peninsular, lo que supondría un hito más en la recuperación de una de las especies más emblemáticas de nuestra fauna.

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