A partir de 2026, la pesca recreativa en los países de la Unión Europea con litoral marítimo vivirá un antes y un después. La Comisión Europea ha aprobado el Reglamento de Ejecución (UE) 2025/274, que impondrá nuevas obligaciones tanto a los Estados miembros como a los pescadores deportivos. A partir del 10 de enero de ese año, todo aficionado que capture determinadas especies deberá informar electrónicamente de sus capturas cada mes.

La medida, publicada en el Diario Oficial de la Unión Europea el pasado mes de febrero, forma parte de un plan más amplio de control y seguimiento de la Política Pesquera Común. El objetivo es mejorar la recopilación de datos sobre la pesca no profesional para facilitar su gestión y evitar posibles abusos o impactos negativos sobre determinadas poblaciones marinas.

La UE quiere controlar la pesca recreativa

Según el nuevo reglamento, los Estados miembros ribereños deberán establecer una metodología específica para recopilar los datos de las capturas. Esta deberá ser notificada a Bruselas y permitirá generar informes mensuales consolidados a partir del 15 de marzo de 2026. Además, cada año los países deberán presentar un informe global a través del servidor electrónico EU RecFishing.

El foco principal de la normativa está, sin embargo, en los propios aficionados. A partir del 10 de enero de 2026, los pescadores recreativos estarán obligados a registrar cada mes sus capturas de especies determinadas, indicando incluso si han sido liberadas. Esta información se remitirá mediante un sistema digital desarrollado por cada país.

A partir del 10 de enero de 2026 cada captura, aunque se suelte, deberá comunicarse. © Shutterstock

La normativa también establece que los datos deberán incluir información precisa como la zona geográfica de captura, el tipo de arte utilizado, la modalidad de pesca (desde costa, embarcación, submarina o sobre hielo) y, cuando sea posible, el número de ejemplares capturados o liberados.

Marcado obligatorio de los artes pasivos

Una de las novedades más comentadas del reglamento es la obligatoriedad de marcar los artes pasivos utilizados en la pesca recreativa. Estos incluyen redes, palangres, trampas, nasas y similares, y deberán estar correctamente etiquetados con datos que identifiquen al pescador propietario. Además, deberán señalizarse visiblemente para advertir de su presencia en el agua o el hielo.

El objetivo de esta medida es doble: por un lado, prevenir la pesca furtiva y, por otro, reducir el impacto ambiental de artes abandonados o perdidos, en línea con la Directiva europea sobre residuos de plástico.

Críticas y dudas entre los aficionados

La nueva normativa ha generado preocupación entre muchos pescadores deportivos, que temen una mayor burocratización de su afición. Aunque aún no se han publicado los detalles técnicos del sistema electrónico en cada país, en redes sociales y foros especializados ya se oyen voces críticas.

Para los defensores de la medida, en cambio, se trata de un paso necesario para equiparar los controles de la pesca recreativa con los de la pesca profesional y asegurar la sostenibilidad de los recursos marinos. La realidad, no obstante, es que su aplicación efectiva dependerá en gran medida de cómo cada Estado miembro la implemente y supervise.

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