El vídeo que está revolucionando nuevamente las redes sociales muestra a un agente del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (SEPRONA) intentando cruzar un río montado en su moto todoterreno. Las imágenes, que fueron grabadas por otro compañero y publicadas por primera vez hace varios años, han resurgido con fuerza en plataformas como TikTok, donde se han convertido en tendencia.
En las escenas, el agente aparece explorando a pie el cauce del río, aparentemente para comprobar la profundidad del agua. Tras ese reconocimiento previo, se sube a su motocicleta con determinación y se lanza al cruce del arroyo. En los primeros metros parece avanzar con solvencia, sorteando piedras y manteniendo el equilibrio. Sin embargo, de forma inesperada, la rueda delantera se desvía y la moto comienza a zigzaguear de forma incontrolada.
Lo que sigue es una caída inevitable: el agente pierde el control y acaba sumergido en el agua ante la mirada —y la risa contenida— del compañero que graba la escena con el móvil.
Un tropiezo que genera cercanía

Aunque el vídeo no es actual, su reciente reaparición ha provocado una auténtica avalancha de reproducciones. En pocas horas ha sido compartido por miles de usuarios que no han podido evitar comentar la escena con humor y simpatía. No todos los días se ve a un miembro del SEPRONA —habitualmente asociado a tareas de inspección, vigilancia y control medioambiental— en una situación tan humana y cómica
El impacto del vídeo va más allá del humor. Muchos internautas han destacado que ver a un agente del SEPRONA en una situación tan cotidiana genera una mayor conexión con quienes patrullan nuestros montes. Frente a la imagen seria que suele proyectarse, este tipo de situaciones les muestran como personas cercanas que también sufren percances.
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Las redes lo reviven
El fenómeno no es nuevo. No es la primera vez que imágenes de archivo vuelven a viralizarse años después de su publicación. La capacidad de las redes para recuperar contenidos del pasado y darles una nueva vida demuestra hasta qué punto el formato audiovisual, sobre todo el breve y humorístico, sigue teniendo una potencia indiscutible para atrapar al público.
Y como ocurre en este caso, a veces basta un traspié sobre dos ruedas para convertirse en la sensación del momento.