En la localidad cacereña de Tornavacas se ha celebrado este fin de semana una de las subastas cinegéticas más esperadas del calendario extremeño. La Casa de la Cultura acogió el evento de adjudicación de los lotes de caza correspondientes a la Asociación de Propietarios ‘La Sierra de Gredos de Extremadura’, y lo hizo por todo lo alto: batiendo récords en los precios alcanzados por los permisos tipo trofeo y asegurando una inyección económica de más de 426.000 euros para los pueblos de la comarca.
El acto, presidido por el consejero de Gestión Forestal y Mundo Rural, Ignacio Higuero, y el director general de Caza y Pesca, Ricardo Romero, reunió también a las alcaldesas de Guijo de Santa Bárbara, Tornavacas y Jerte. La subasta incluyó 57 lotes de cabra montés —de los cuales 54 eran machos y 28 tipo trofeo— y cinco de venado, lo que convirtió el evento en un auténtico escaparate del potencial cinegético de la Reserva.
La cifra final, 426.429,37 euros más IVA, supone solo un 1,48 % menos que la del año pasado, cuando se subastaron 15 ejemplares más. Sin embargo, lo realmente relevante es que los precios de adjudicación de todos los permisos tipo trofeo han sido los más altos jamás registrados desde la constitución de la Reserva.

La conservación como prioridad
La subasta no solo supone un importante estímulo económico para la comarca, sino que cumple una función clave en la conservación de la cabra montés. Esta especie emblemática encuentra en la Sierra de Gredos un hábitat ideal, y los ingresos que se obtienen permiten mantener programas de gestión que garantizan su supervivencia y la mejora del medio.
Además, estos eventos refuerzan el turismo cinegético en enclaves como La Vera y el Valle del Jerte, contribuyendo a la dinamización rural. Todo ello, gracias a una gestión que es todo un ejemplo de cómo la actividad cinegética puede y debe ser compatible con la conservación del medio natural.

Una gestión ejemplar
El éxito de esta subasta se explica no solo por la calidad de los trofeos, sino también por la labor constante de promoción que realiza la Consejería en ferias y certámenes cinegéticos de toda España. A esto se suma la implicación de los propietarios de terrenos que ceden sus explotaciones para la gestión sostenible de los recursos cinegéticos.
En un contexto marcado por las desigualdades territoriales, el impacto de esta subasta adquiere aún más relevancia si se tiene en cuenta que la provincia de Badajoz figura entre las de menor renta neta anual por habitante de toda España, según los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Frente a territorios como Gipuzkoa, Bizkaia o Madrid —a la cabeza del ranking de ingresos—, la inyección de 426.000 euros en municipios rurales de la comarca extremeña supone un estímulo económico directo en una de las zonas más necesitadas del país. La actividad cinegética, por tanto, no solo contribuye a la conservación y al turismo, sino que se consolida como una herramienta real de desarrollo en el mundo rural más vulnerable.